lunes, 25 de noviembre de 2013

Prólogo al Arte Español Medieval

Desde que cae el Imperio Romano, hasta la llegada de los Reyes Católicos, discurre el Arte Medieval Español.  El periodo que va desde esa caída al año Mil, es una etapa bastante movida, repleta de movimientos y conmociones históricas y artísticas. No se porqué, esta etapa de nuestra Historia, está infravalorada, pese a ser una de las más prodigiosas con respecto a la evolución artística. Pués es precisamente en este periodo cuando se crean los cimientos de lo que será nuestro más auténtico y genuino arte español. Será en ese fragmento de tiempo cuando quedará superado el mestizaje pre-romano y la Hispania romana.


Le pese a quien le pese es el Regnum Visigotorum y más tarde el Regnum Asturorum, quienes serán la base de nuestro mundo propio hispano, al que se sumaran en la época de repoblación y reconquista,  y que verá frutos durante el siglo X, en las joyas del mozárabe hispano, hijas de la confluencia de lo occidental y los influjos orientales, a través de árabes, mozárabes, conversos y judíos, que dibujarán nuestra creatividad más genuina que dando forma a todo el arte medieval y posterior.

Son cinco siglos de hipótesis y discusiones por parte de los Historiadores,  pero que conforman una rica etapa creativa y de rupturas y de momentos de parada provocados por crisis, como la caída de Roma, la invasión goda, la conquista árabe  y la Reconquista.

El arte medieval hispano, comienza en el último tercio del siglo V, con la llegada de los visigodos.  Sin discusión, es el más culto y romanizado de todas las ramas indogermánicas que tras su llegada a Hispania, irán poco a poco creando el reino más poderoso de su época en Europa. Una Europa que tras la caída del Imperio se divide y subdivide, se reparte en definitiva entre caudillos y reyezuelos, entre los que podemos contar los ostrogodos, longobardos, merovingios, bávaros, sajones y anglos, etc., etc.. Un ambiente bastante movido que se contrapone al Regnum Visigothorum unificado. Un reino fuerte y unificado, con monarquía electiva de connotaciones germanas pero que se mantiene durante tres siglos, como prueba de su poder y fuerza. Un reino, con una capitalidad, que es Toletvm, verdadera "Urbs Regia", con una corte que emula a la de Bizancio, y que es indudablemente junto al Imperio Bizantino en Oriente  el otro gran poder de sus tiempos en Occidente.

Y este punto de nuestra Historia, del que deberíamos sentirnos orgullosos, casi nunca es resaltado tal y como explica Fernando Olaguer Feliú.

Por más que se escriba y reescriba la Historia, al servicio de la Reconquista o de las Autonomías, o de los tintes independentistas que soplan ahora en nuestro país, en estos tiempos de crisis moral, democrática y económica. Por más que se insista en repetir que eran una minoría visigoda de apenas 250.000 personas frente a una masa de varios millones de hispano-romanos,  con los que no se quería mezclar, al menos al principio, pues estaban recelosos y distantes. Lo cierto es que a finales del siglo VI, se debió producir una fusión tras la conversión al catolicismo romano por parte de estos, abandonando la herejía arriana. Pues ya en el Liber Iudiciorum (unificación del Derecho) ya no se habla de "godi" y "romani", sino de "hispani", termino que a la vista de las leyes, nos habla de una unificación social-racial al menos entre los cristianos de la Península. Y además existe otra pregunta ante las dudas que plantea la más reciente historiografía, y es que sino caló en nada el "visigotismo" porque se sentían nostálgicos, los refugiados del Norte, como para crear un arte de inspiración aúlica de la corte toledana en el exilio.

Arte Visigodo, arte de hondas raíces romanas con pervivencias de la iconografía paleocristiana, y enriquecido por las influencias bizantinas y la propias aportaciones godas. Un estilo único en Europa, que abarcará, arquitectura, escultura, joyería, metalistería, vidrio, cerámica... Con un auténtico programa iconográfico propio al que nadie debería restarle importancia.

Así que en el Reino Visigodo, se desarrolla el primer arte medieval hispano y a este le sigue un segundo estilo, fruto del anterior y las influencias que llegan de más allá de los Pirineos, y  que se desarrollará en el Norte de España, durante 180 años. Bienvenidos al Regnum Asturorum, que nace como un renacimiento de lo godo, y con un "irrebatible deseo de restaurar en la Península el orden que la invasión musulmana había destruido" (Fernando Olaguer Feliu).

El Reino Asturiano, nace con las tradiciones jurídicas y las instituciones legales de los visigodos, en cuanto a Derecho Procesal, Penal y Privado. Tras los caudillajes de Favila y Pelayo, se implantará la figura del "Rex", proclamando como Rey a Alfonso, Duque de Cantabria, con una clara idea de continuidad de la Monarquía visigoda, primero en Cangas de Onis, Pravia y  finalmente en Oviedo. Donde se establecerá finalmente la corte "Palatium Regis", con el Oficio Palatino. El Neo-visigotismo, preside esta etapa del Reino Astur . Y si bien la base es visigotica, la decoración, debido a lo alejada que está de los viejos monumentos godos se inspirará en la etapa prerromana asturiana que se conservaron en la época romana como signo de rebeldía. Y de esta forma  se fusionan los visigodo, lo astur, lo cántabro, en una sintesis, romana, goda, hispana, íbera y celta. Aceptando influencias del mundo franco y del Norte de Italia, incluyendo influencias bizantinas a través de las ricas telas, industria musivaria, y piezas de joyería y metal que llegan a la Corte. El Arte asturiano, nace así como legado de los visigodos, por tradición regional de los pueblos del Norte, por los contactos políticos con Francia e Italia y bizantinos por las relaciones comerciales. Y ahí es donde nace el arte "nacional hispano" precursor del futuro arte románico universal que se difundirá por los caminos medievales que llevan y traen peregrinos a Santiago. Pero de nuevo hay que resaltar algo que muchas veces  se pasa por alto, y es que el Arte Astur,  es "Opus Regis", son los Reyes, quienes lo financian, dirigen y se preocupan de dejar su huella a través de lápidas, inscripciones, y documentos.  Es el prestigio del soberano por encima de nobles, y de la propia Iglesia. Es el Rey como defensor, protector, mecenas, es el "Rex Aedificator" ( arquitecto) es el "Excelsus conditor" ( fundador) Es el Rey como mecenas y creador de estructuras urbanas,edificios regios y el que tiene el impulso reconquistador y repoblador. Es un arte puesto al servicio de la política, para desarrollar un auténtico Estado asentado sobre una organización social que se hereda y evoluciona de los godos hacia el feudalismo europeo, con unas circunstancias únicas en Europa. Es un arte espiritual, en el que se exalta la fe frente a la del enemigo invasor. Y es también digno de resaltar como explica Fernando Olaguer, que los núcleos de población que se van creando en esta época, tienen por todo lo dicho un aura legendaria de "ciudades sagradas", en cuyo centro se construyen edificios religiosos con una vida espiritual muy activa y en torno a los cuales se apiñan los edificios civiles. Edificios religiosos que resaltan por su volumen, y materiales como simbolos  de fuerza y pureza. Aquí surge una diferencia con el Regnum Visigothorum, mientras este cuidó especialmente templos e iglesias diseminadas por barrios y zonas de población, convirtiendo los monasterios como lugares clave en lo religioso y cultural el Regnum Asturorum, creará el edificio religioso como núcleo principal para enardecer los sentimientos de cruzada, creando en ellos el ideario de la Reconquista. Y así Oviedo, a partir de Alfonso II, además de caracter  "sagrado" tendrá el de "Urbe Regia", y así frente al Toletvm visigotico como "Urbs Regis",  tendremos la "Urbe Sacra". Fundiendose  al "Opus Regim", el "Urbes sacras" que llenaran el arte astur de iglesias-relicarios, cámaras sagradas, y sus ciudades serán "Jerusalenes celestiales" poseedoras de los sagrado y la riqueza espiritual, programada por el "Rex", auténtico  defensos del Reino y de la Iglesia.

Ya en el primer tercio del siglo X, tras la muerte de Alfonso III, queda patente que Oviedo, a la par que se van haciendo avances territoriales, está quedando demasiado al norte y demasiado aislado para ser centro político, y religioso. De esta forma el centro político se desplaza a León, y sus territorios ya en tiempos de Ramiro II (931-951) y así empiezan a firmar documentos como "Reges Legionis" y el Reino de León, comienza su andadura en la Historia.  A la par, empieza el  conflictivo desarrollo del Condado de Castilla,  el Condado de Aragón y del Reino de Navarra y los más que activos Condados Catalanes, que empiezan a dar un caracter a la vez común y variopinto a los Estados cristianos peninsulares. Y es en este momento tempestuoso y de cambios que surge el Arte Mozárabe, de repoblación o fronterizo.
 Arte que nace por la necesidad repobladora, y por la necesidad de mano de obra barata, los gastos bélicos tienen ahogado el presupuesto de los Condados y Reinos. En este momento oleadas de población mozárabe ( cristianos que prefirieron quedarse en el territorio musulmán) huyen de Al-Andalus buscando el amparo de los reinos cristianos que van creciendo. Y así en el siglo X, en el Reino de León, se asentará una población mozárabe numerosa en la zona fronteriza, y de repoblación del Duero, la "Extremadura" e incluso en el corazón del Reino, en León, Bierzo y tierras gallegas. Y en el Condado de Castilla, llegarán tambien oleadas de mozárabes que se asentarán en el Valle de Liébana, Tierra de Campos y tierras sorianas. Al Condado de Aragón y y Reino de Navarra será menor la afluencia, pero incluso en Huesca llegarán a establecerse, y en los Condados Catalanes,  en la zona de Tarrasa, Barcelona, Besalú y Bañolas, también llegaran oleadas de Mozárabes, Esta masa de gente se utilizará para repoblar fronteras y territorios desérticos y serán mano de obra barata, para la agricultura y la construcción. Durante mucho tiempo se ha dicho que eran un núcleo sin importancia cultural que había perdido la base hispano-goda tras mas de un siglo de sometimiento al musulmán, pero autores como Olaguer, reivindican su papel en el renacer cultural del siglo. Estos grupos de población traen consigo la tradición hispano-goda y lo aprendido de los musulmanes, que mantuvieron contactos con el Norte de África, Ankara, Siria, Damasco, Bagdad y Bizancio. Los mozárabes serán los culpables de que se recuperen las fraguas, que desde la época visigoda estaban abandonadas, la forja, y la metalistería, los trabajos en bronce y plata, y gracias a ellos se recuperará la plata niquelada y la plata-dorada. 

FUENTES:

BANGO TORVISO, Isidro,  Alta Edad Media: de la tradición hispanogoda al románico,  Silex, Madrid, 1989.

OLAGUER FELIU, Fernando, Arte Medieval, hasta el año Mil, Alfaguara, Madrid, 1989

Manual del Arte Español, Silex, Madrid, 2003.

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