«Quien va a Santiago y no al Salvador visita
al siervo pero no al Señor»
Desde
que el hombre es hombre, no se ha conocido una humanidad más centrada en el
“yo, mí, me, conmigo” que ésta en la que hemos nacido. Se vive por y para el
culto del cuerpo. Tanto tienes tanto vales, da igual de dónde proceda el
dinero. Somos narcisistas, egocéntricos, superficiales y todos somos
conscientes de que vivimos en una sociedad con la más profunda crisis moral y ética, desde que el hombre
salió de las cavernas. La televisión no deja de recordarnos casos de
corrupción, el paro y el egoísmo que nos rodea. Vivimos en medio de prisas
donde los lazos familiares se han diluido, y los amigos, son nuestros amigos,
en la medida de que sirvan para nuestros intereses. Cargamos con nuestro
desarraigo en ciudades multiculturales
llenas de gentes, viviendo en pequeñas
jaulas. Desde ellas vemos el mundo a través de una pantalla de televisión o un ordenador. Cuando uno
piensa, que tras publicar en Facebook, “mi
padre ha muerto, estoy hecho polvo”, surgen veinteC, llega el momento de
plantearse la vida, y de buscar un algo más.
No
se sabe bien el qué, pero buscas silencio, lo natural, escapar, huir, caminar…
Ver la luna y las estrellas, buscar
refugios en templos que se hicieron para la meditación y la oración.
Encontrarte contigo mismo y con esa
realidad trascendente que buscas. La necesidad de saber que esta vida no puede
ser sólo esta lucha sin sentido, es la que movió a los peregrinos de la Edad
Media y es la que motiva a que en cualquiera de las etapas del Camino de
Santiago, aún en nuestros días sigamos encontrando a gente con sus mochilas y
chubasqueros. Ahí los tienes con los ojos puestos en la meta, sin importarles
la fatiga, caminando por las vías francesas que aparecían en el Codex
Calistinus, o por la Vía de la Plata ( Ruta Mozárabe o de Andalus) o la que nos
ocupa en este trabajo, la ruta del norte. Soy amante del románico y soy
peregrina, así que acepto el reto de este trabajo sobre uno de los caminos para
encontrarnos con el Patrono, más desconocido y del que apenas hay
documentación.
Decía
Juan G. Atienza:
Peregrinar-
o buscar visceralmente, que al fin y al cabo significa lo mismo- es, pongo la
mano en el fuego, la querencia más antigua vivida por el ser humano, que
comenzó peregrinando mientras buscaba sus medios de subsistencia[1]
El Prof. Ramón
Yzquierdo Perrín[3],
nos comenta que múltiples son los caminos como múltiples son los orígenes de
los peregrinos. Por los caminos medievales y antiguas calzadas, seguramente que casi por todos pasarían peregrinos, pero
eso no les hizo valerse el nombre de caminos de peregrinación. Sólo aquellas
que se convirtieron en habituales para miles de personas, llegaron a recibir
ese nombre. Y el Camino del Norte o Primitivo, lo merece por méritos propios a
pesar de que no podamos acudir al Liber
Sancti Iacobi o Codex Calistinus, ya que como decía el Padre Antonio Viñayo[4],
no sabemos la razón por la que el famoso
manuscrito silencia la peregrinación a Oviedo. Pero aun así, hay bastantes
testimonios de esta ruta desde el S. XII al XIX.
Una de las fuentes es un manuscrito del que sólo se
conservan dos copias, titulado “Narratio
de reliquias a Hyerosoolyma Ovetum usque translatis. Sequuntur earumdem
miracula”. Una copia está en la Biblioteca de Cambray, (manuscrito número
804); y el otro en la de Sir Thomas Phillips en Cheltenhaus, Oxford (manuscrito
209)[5],
este manuscrito está lleno de anécdotas de peregrinos como el de la endemoniada
que al llegar a Oviedo por un milagro es curada.
La
historia del camino primitivo comienza con el rey Silo y su esposa Adosinda que trasladan la corte asturiana desde Cangas
de Onis a Pravia. Desde allí el rey Mauregato (783-788) promueve de una forma
definitiva el camino de Santiago.
El
rey asturiano Mauregato, estableció su corte en Pravia en la costa asturiana
del Palacio de Silo, sólo quedan unas columnas y poco más. Este hecho lo recoge
el Beato de Liébana y Heterio de Osma, que hacia el año 785, dirigen a
Elipando, Arzobispo de Toledo su “Tratado Apologético del Prelado”. Y el propio Beato de Liébana, compone entre
los años 783-788, un himno litúrgico dedicado a Mauregato y en honor del
Apóstol Santiago. Así que con este himno comienza el culto jacobeo y la
devoción por Santiago, mucho antes de la tradición de la batalla de Clavijo
(Rioja) en el año 844
Así en el “Breviarium” de Beato de Liébana se
expresa:
“¡Oh
Apóstol dignísimo y santísimo, cabeza refulgente y dorada de Hispania, defensor
poderoso y paterno especialísimo!”
“¡Oh
Santiago!, escucha piadoso al Rey Mauregato, y dale amorosamente tu
ayuda”…Asiste piadoso a la grey que te ha sido encomendada; sé dulce pastor
para el rey y para el clero, y para el pueblo…”
Ya
en el año 813, tras la aparición del cuerpo del Apóstol en el castro céltico de
Amaea, Teodomiro, obispo de Iria Flavia se lo comunica al rey de Asturias Alfonso
II el Casto, quien a su vez lo notificó al papa León III y al emperador
Carlomagno. El culto a Santiago se extiende por toda Europa. Alfonso II peregrinó hasta al sepulcro
jacobeo fundando tres iglesias, una dedicada a Santiago a la que dotó con el
señorío de las tierras circundantes, otra a San Juan Evangelista y una tercera
dedicada al Salvador, a San Pedro y a San Juan Evangelista, en la que se
instaló una comunidad de monjes benedictinos para encargarse del cuidado de la
tumba y el mantenimiento del culto del Apóstol.
Desde
estos primeros años acuden
peregrinos de diferentes países y
cuenta la leyenda del "Pseudo Turpín",
que el emperador Carlomagno (768-814) arribó entre los primeros. Cuenta la
leyenda que una noche, se intrigó al ver un camino de estrellas que contempló
en el cielo y que desde Aquisgrán pasando por las Galias y Navarra, finalizaba
en el Finisterre hispano. En sueños el Apóstol Santiago le dijo:
"El
camino estrellado que has visto en el cielo significa que marcharás a Galicia
al frente de un gran ejército para librar mi sepulcro del dominio sarraceno, y
que, después de ti, todos los pueblos irán allí en peregrinación pregonando las
maravillas de Dios, hasta la consumación de los siglos".
Continúa
la leyenda relatando cómo Carlomagno vence a los musulmanes y se postra ante el
sepulcro del Apóstol. A la muerte de Carlomagno se dice que sobre su relicario
se dibujaron dos regueros de estrellas en memoria de esta peregrinación.
Así
y por orden alfabético, Fontana, Lurdos, Manier, Moissac, Montigny, Obispo de
Arzedajan, Racq, Sobieski… Hablan de Asturias y de sus rutas jacobeas, los
Itinerarios ingleses en verso, las Guías extranjeras de peregrinos, las
Canciones de Peregrinación. [6]
.
Otro rey de Asturias, el sucesor de Alfonso II, Ramiro I,
nos cuenta Ramón Yzquierdo, también peregrinó y además se relaciona con la
concesión del voto de Santiago, de tanta trascendencia para la sede
compostelana.
Así que desde el siglo IX, se puede decir que reyes y
peregrinos hicieron la ruta, utilizando la vía romana citada en el Itinerario
de Antonino y en el Anónimo de Rávena. Los que procedían de otros países
desembarcarían en los puertos de Asturias y algunos cruzarían los Pirineos por
Irún o Somport, siguiendo hasta tierras de Álava, como explica la Historia Silense.
Hay noticia de que en el año 1070, la peregrina
Oria, que era bruja de nacimiento,
estaba además poseída, se convirtió en Jaca, en un convento de monjes negros
pero Satanás no quería abandonar su cuerpo como no fuera en San Salvador de
Oviedo o Santiago y el milagro aconteció en la Cámara Santa, donde el arcediano
de la catedral luchó durante días contra el demonio, después de golpes con la
Cruz de los Angeles y agua bendita, abandonó el cuerpo de la joven
El
rey Alfonso VI, que visitó Oviedo en
1075, fue peregrino del Camino Primitivo a través del Puerto de Pajares, a su
lado iban el Cid y su hermana Urraca.
Sabemos que ya en 1188, en el Camino leones que sube a
Oviedo, en el Puerto de San Isidro, ya existía un hospital en lo alto del
Puerto, fundado por los monjes de Pardomino para pobres y peregrinos que a
veces perecían de frío, en la dureza de este camino.
La
persona que más hizo por esta ruta fue Alfonso IX, tal y como explica el Padre
Antonio Viñayo, ya que con su labor edificadora (Creó hospitales, iglesias,
monasterios y caminos), y tras promulgar en 1228, la constitución de los
peregrinos “en camino hacia los templos
del gloriosísimo Apóstol Santiago o de San Salvador de Asturias”.
En las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio,
concretamente en la Primera, se dice que los peregrinos son “los que andan en pelerinaje a Santiago o a
San Salvador de Oviedo”.
En el siglo XIII, ya existen en Oviedo la rúa Francisca y
la rúa Gascona y encontramos el “Camino Francisco” (Camino de León), en Tineo, y ya en el XVI el
Camino de Santiago que parte de Oviedo a
Galicia. En Caravia, hay una fuente que se sigue llamando de los romeros
En 1383, Juan I
afirma que “Oviedo es lugar santo y
devoto, e muy abonado de cuerpos sanctos, e de reliquias muy suntuosas, más que
ninguna de las otras Eglesias Catedrales de España.” (Viñayo González, 1991)
Oviedo y Santiago, entran en rivalidad y en el siglo XVI,
lo atestigua la chanson: “Quien va a Santiago y no a San Salvador,
visita al criado y olvida al Señor” (Viñayo González, 1991)
San Salvador de
Oviedo, produce en el peregrino una mezcla de fascinans y tremendum-.
Fascinans, porque es un lugar santo,
dedicado al Salvador y lleno de reliquias del Antiguo y Nuevo Testamento, y el tremendum (terror), es por lo peligroso
de este camino con puentes que se cuelgan sobre abismos, bosques salvajes
repletos de osos y lobos. (Yzquierdo Perrín, 2003)
En las Chansons de pelerinaje, el peregrino
Fontana que pasa la noche del 16 de agosto de 1539, nos cuenta que:
…“perdido
en la niebla buscando la Colegiata de
Arbas, sin poder divisar ni el camino ni el monte, bajo aguaceros tan tenaces,
que tal parecía como si las cataratas del cielo, las fuentes del abismo y la
ira de los vientos hubieran desencadenado el diluvio (…) a la mañana siguiente
sentí fascinación por un país tan bello que talmente parecía el paraíso
deliciano, y no pude menos que cantar O Asturia, bella Asturia”.
3.- TRAZADO Y VÍAS DEL CAMINO PRIMITIVO
MAPA
CAMIN
CAMINO PRIMITIVO[1]
Trazado del Camino
En
la página de la Federación de Amigos del
Camino de Santiago, encontramos esta variante de la ruta original que va de Oviedo a Compostela,
(la cual tomaban muchos peregrinos del Camino Francés que desde León tomaban la
desviación para visitar a El Salvador ovetense).
Camino de El Salvador:
León,
Carvajal de la Legua, Villalbura, Cabanillas, Cascantes, La Robla, Puente de
Alba, Perdilla, Nocedo de Gordón, Pola de Gordón, Beberino, Buiza, Pobladura de
Tercia, Santa María de Arbas del Puerto, Pajares. A partir de Casa de
Tibigracias existe otra opción más fácil de recorrer dirigiéndose hacia San
Miguel del Río, Santa Marina y Llanos de Solmerón uniéndose en Puente los
Fierros. De otro modo se puede continuar desde Pajares hacia Flor de Acebo,
Romía de Arriba, Navedo, La Muela, Puente los Fierros, La Frecha, Vega del Rey,
Vega del Ciego, La Pola de Lena, La Vega, Vilallana, Ujo, Mieres del Camino, La
Peña, Copián, Padrún, Olloniego, Picullanza, Venta del Aire, San Miguel,
Caxigal, La Manjoya y Oviedo.
A continuación iremos
haciendo una parada en el patrimonio artístico más destacado que encontramos en
el Camino Primitivo.
OVIEDO
Seguimos
con el Padre Viñayo González, que nos explica que la sacralidad de la Catedral
de Oviedo tiene que ver con la historia de la traslación del Arca Santa –de
Jerusalén a África, de allí a Cartagena, luego llegará a Toledo y por fin a
Asturias-, la calidad de las reliquias y santidad es la que fue el reclamo para
la peregrinación. Tales
reliquias, según consta someramente en el propio acta de apertura del arca (del
que se realizaron 2 copias, permaneciendo una en el interior del arca, y del
que tenemos noticia a través de una copia del s. XIII), habían llegado a Asturias
desde Toledo -adonde habían sido trasladadas "desde distintos
lugares" por los cristianos-, a principios del s. VIII, para evitar que
cayeran en manos de los árabes, ante las perspectivas de ocupación de Toledo
por parte de éstos, tras la derrota del ejército hispano-godo en Guadalete.
Tradiciones literarias posteriores, como la noticia proporcionada por el
manuscrito nº 99 de la biblioteca de Valenciennes (fines del s. XI), o la narración de la traslación del arca, de
Jerusalén a Toledo, insertada por el obispo de Oviedo Pelayo en el "Liber
Testamentorum" (hacia 1118), complementan, sin contradecirla en nada, la
somera información acerca del traslado del mencionado tesoro espiritual.
El Arca contiene, Huesos de los
Profetas, fragmentos de la Santa Cruz, de la Sangre, del Pan de la Cena, de la
Piedra del Sepulcro, de la Tierra Santa, de la Túnica repartida en suertes, del
Sudario. Además de vestidos
de la Virgen, de la leche de la Virgen.
Huesos
de san Pedro, san Pablo, santo Tomás, san Esteban, Santiago el menor, san
Andrés, san Juan, san Bartolomé.
De
san Juan Bautista, de María Magdalena, santos Justo y Pastor, santos Adriano y
Natalia, san Mamés, santa Julia, santos Verísimo y Máximo, san Germano, san
Baudilio, san Pantaleón, san Cipriano, santa Eulalia, san Sebastián, san
Cucufate, del palio de san Sulpicio, de santa Ágata, santos Emeterio y
Celedonio, san Romano, san Fructuoso, santos Augurio y Eulogio, san Víctor, san
Lorenzo, santos Justo y Rufina, santos Servando y Germano, san
Liberio, santos Máximo y Julia, santos
Cosme y Damián, santos Sergio y Baco, san Esteban Papa, san Cristobal,
vestido de san Tirso, san Julián Pomerio (obispo de Toledo), san Félix, san
Pedro exorcista, santa Eugenia, san Martín, santos Facundo y Primitivo, san
Vicente levita, san Fausto, san Juan, santa Inés, santos Simplicio, Faustino y
Beatríz, santa Eulalia (de Barcino), santos Emiliano y Jeremías, san Rogelio,
san Siervo, santa Pomposa, y otros muchos (fuera del arca).
Es uno de los edificios de la Sede Regia
de tiempos de Alfonso II, que nos ha llegado tras sufrir transformaciones en el
S.XII; le servía de vestíbulo la Torre de San Miguel. Su modelo arquitectónico
es un martyria romano de doble planta. La parte alta es la propiamente Cámara
Santa y está dedicada a San Miguel Arcangel. Su ábside alberga una espléndida
colección de reliquias y piezas medievales. De las piezas de orfebrería destaca
la Cruz de los Ángeles símbolo del reinado de Alfonso II y que podemos ver en
el escudo de Asturias. Cruz de oro, con alma de madera que mandó hacer Alfonso
II, en el 808 aportando diferentes entalles y camafeos clásicos. En el anverso
se decora, con gemas dispuestas geometricamente y una delicadisima filigrana de
oro; en el reverso podemos ver en el centro un camafeo y, en los brazos, una inscripción que dice
“Alfonso,humilde siervo de Cristo”.
Tambien podemos ver la Cruz de la Victoria, regalada por Alfonso III a San
Salvador de Oviedo, alma de madera, recubierta de láminas de oro, rica
decoración en gemas, filigrana y esmalte, en el reverso podemos leer el nombre
de los donantes, fecha y lugar de fabricación (castillo de Gauzón, en la ría de
Aviles).
La Catedral del Oviedo, aneja a la
Cámara Santa, se mandó construir en el siglo XIV,el obispo Gutierre de Toledo,
derribando la basílica prerrománica de San Salvador, fue terminada en el siglo
XVI por Rodrigo Gil de Hontañón. Factura imponente la del retablo mayor que se
puede equiparar al de Toledo o Sevilla, es obra de Giralte de Villaquiran.
Además los peregrinos encontraban en
la ciudad monasterios, conventos, iglesias y siete hospitales (La Magdalena,
San Nicolás, San Julián, San Juan, Nuestra Señora, San Sebastián y Santiago)
El Santo Sudario de Oviedo llegó a la bella ciudad asturiana después de un
largo itinerario. Los primeros
cristianos debieron conservar en Jerusalén una serie de objetos directamente
relacionados con Jesús. Según la tradición, estas reliquias se conservaban en
lo que se llamó el Arca Santa. Hacia
el año 614, ante la inminente invasión
de los persas, se hizo necesario poner a salvo el arca con las reliquias. Según
los datos de la tradición, el presbítero
Filipo fue el encargado de llevar las reliquias hasta Alejandría. El empuje de los persas en África dio lugar
a nuevos traslados, de modo que el arca con las reliquias llegó a España. El obispo de Ecija, San Fulgencio, acogió a
los huidos, que llegaron a la península por Cartagena, y puso las reliquias en
manos de San Leandro, obispo de Sevilla, que era al mismo tiempo su superior y
su hermano. Más tarde, cuando San Ildefonso fue nombrado obispo de Toledo, se
llevó consigo el arca con las reliquias.
En la primera mitad del S. VIII, una nueva arca -de roble- sale de
Toledo en dirección al norte, esta vez coincidiendo prácticamente su traslado
con la invasión musulmana y llegando a Asturias -según diversos autores- entre
el 812 y el 842.
Para albergar tal tesoro, Alfonso II el Casto mandó construir la llamada
"Cámara Santa", que inicialmente sería la capilla de su palacio, y
que hoy se halla incorporada a la Catedral gótica que se edificó
posteriormente. Desde ese momento la denominada "Arca Santa" y su
contenido han recibido la veneración constante de los asturianos, a pesar de
las diversas vicisitudes históricas
NARANCO:
Bordeando el monte, los peregrinos se encontraban con Santa María del
Naranco y San Miguel de Lillo, joyas
prerrománicas del arte ramirense asturiano.
Las crónicas asturianas atribuyen a
Ramiro I ( 842-850), la importante labor constructiva en el Monte Naranco. La Crónica de Alfonso III, versión rotense del
S. IX, nos dice:
«Ramiro,
fundó una iglesia en memoria de Santa María en la ladera del monte Naranco,
distante de Oviedo dos millas, de admirable belleza y perfecta decoración, y,
para no decir más de su ornamento, abovedada con muchos centros de bóveda,
construida solamente con piedra y cal. Si alguien quisiese encontrar un
edificio semejante a este, no lo encontrará en Al Andalus»
El complejo arquitectónico al que
pertenecía este edificio también comprendía la cercana iglesia de San Miguel de
Lillo, erigida a tan solo cien metros de distancia. Sin embargo, a causa del
derrumbamiento de la cabecera y de parte de las naves de San Miguel, el Aula
Regia fue transformada en iglesia, probablemente durante el siglo XII, pues la
crónica silense de 1150 ya lo registra como templo de Santa María. El edificio
se ubica en la ladera meridional del Monte Naranco donde existía un bosque en
el que abundaba la caza. La ausencia de un ábside destinado a contener el trono
del rey hace pensar que el edificio hubo de tener carácter de palacio de campo
o residencia real dedicada al ocio.1
El templo fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en diciembre de 1985
En
el lugar denominado Ligno, levantó Ramiro I, un templo que al menos desde el
S.XII, tiene la advocación de San Miguel de la cual dice la Historia Silense, siglo XII:
«Sí
en verdad, construyó Ramiro I, bajo la advocación del arcángel Miguel, en la
ladera del monte Naranco, una hermosa iglesia, que cualquiera que la ve
atestigua que nunca hubiese visto otra de pareja belleza. La cual conviene bien
al victorioso arcángel Miguel, pues, por la voluntad de Dios, dio el triunfo al
príncipe Ramiro sobre los enemigos en todas partes»
TINEO
La
ermita de San Roque constituye otro hito importante en el Camino de Santiago a
su paso por Tineo. Nada sabemos a ciencia cierta de la fundación de la misma,
tradicionalmente otorgada su fundación al propio San Roque, confesor francés
que nace en Montpellier, que repartió su fortuna entre los pobres y empecinado
luchador contra la peste en sus caminatas hacia Santiago de Compostela.
FONSAGRADA
El Camiño de Santiago (¡Estamos ya en tierras gallegas ¡) sube por el casco antiguo de la villa, bajando hacia poniente, camino de Padrón (donde existe un albergue de peregrinos en funcionamiento), antes de buscar la encrucillada da Santa Cruz. Seguidamente, esta vereda se acerca a Vilardongo -por la capilla- para encontrarse con la vía buronesa cerca de Pedrafitelas, antes de seguir por encima de Montouto ("monte outo") buscando O Muradal. En Montouto encontramos los restos del antiguo hospital de Santiago de Montouto, fundado en 1357 por el rey de Castilla Pedro I el Cruel, con el fin de ofrecer acogida a los peregrinos que se dirigían a Compostela por el Camiño Francisco desde Asturias. A pocos metros encontramos las grandes piedras de un dolmen neolítico. Finalmente, el camino pasa por Paradavella ("parada vella"), topónimo que de nuevo nos indica el paso por estas tierras de una ruta de peregrinación, antes de llegar al municipio de O Cádavo.
El
real hospital de Santiago de Montouto, era un antiguo albergue de peregrinos,
situado en las inmediaciones de Fonsagrada, en particular a las afueras de la
aldea de Montouto, fue fundado en el 1357 por orden del rey Pedro I de
Castilla, apodado "El cruel", el albergue dejo de usarse como tal y
se abandonó a mediados del siglo XX.
La localización del
hospital varió con el paso de los siglos desplazándose de su emplazamiento
original, cerca del menhir de Peña Labrada a su situación actual al lado del
Dolmen de Montouto. Todavía es posible encontrar algún cazador de reliquias en
las inmediaciones del hospital viejo buscando (saqueando) restos arqueológicos
como monedas antiguas de metales preciosos.
El hospital era el primero en Galicia, en la ruta
jacobea entrando por denominado Camino primitivo.
LUGO
Lugo es una ciudad amurallada desde
hace veinte siglos, es decir una plaza muy segura para los hombres del medioevo
por lo que sin duda, cuando en el siglo IX el Rey Alfonso II el Casto se
desplazó a Iria Flavia y empezaron los peregrinajes a aquella región, esta era
una de las ciudades más importantes del mundo cristiano y por tanto núcleo de
confluencia de casi todas las rutas que se dirigían al sepulcro del apóstol
El
centro de Lugo, la antigua Lucus Augusti, está rodeado por una Muralla romana
de 2.266 metros de circunferencia. Esta impresionante fortificación, una de las
más grandes de su tiempo, se erige entre finales del s. III y comienzos del s.
IV durante tiempos críticos para la ciudad desde el punto de vista político y
militar. Además, es la única en los tres continentes por los que se extendió el
Imperio Romano que conserva íntegro su perímetro.
Por esta razón, el 2 de diciembre del
año 2000 la UNESCO inscribió oficialmente la Muralla de Lugo en la lista de
monumentos. Además de las murallas encontramos las Termas Romanas (siglos I y II), de las que
se preservan diferentes partes como el apoditerium y el caldarium, o el puente
romano, que aunque fue construido en el siglo I, fue reformado y reedificado en
los siglos XI, XIV y XVIII. Otras joyas arquitectónicas de esta ciudad gallega
son las capillas de la Soledad, de San Roque y del Carmen; las iglesias de
Santa María A Nova, de Santo Domingo y de San Froilán, que perteneció al
antiguo hospital de San Juan de Dios; el convento de los Padres Franciscanos.
Se
carece de noticias de lo que pudo haber sido la primera iglesia de Lugo desde
su temprana evangelización, posiblemente en el siglo I, hasta los tiempos del
obispo Odoario, a mediados del siglo VIII.
Sabemos
que este obispo, a quien evoca un acróstico medieval en una piedra colocada
sobre la puerta interior oriental de acceso al templo, llevó a cabo la
restauración del edificio entonces preexistente.
Por
un diploma de Alfonso II, fechado el 27-III-832, conocido a través de una
redacción posiblemente interpolada más tarde, sabemos que la catedral odoariana
era un edificio de gran belleza, por lo que el Rey Casto lo adoptó como modelo
para construir la catedral de Oviedo.
En
el primer tercio del siglo XII el edificio se hallaba en unas condiciones tales
que obligaron al obispo Pedro III con su cabildo y otras personas notables de
la ciudad a concertar en 1129 con el maestro Raimundo la construcción de un
nuevo templo conforme al estilo arquitectónico entonces imperante, el Románico.
La catedral actual es, por tanto, de
estilo predominantemente románico; su construcción se inició en 1129 y finalizó
en 1273. Fue diseñada por el maestro Raimundo de Monforte y dedicada a Santa
María, en su advocación de la Virgen de los Ojos Grandes.
Una
de sus joyas más destacadas es el retablo mayor, obra de Cornelis de Holanda,
dañado a consecuencia del Terremoto de Lisboa de 1755. Tras ello se decidió
dividirlo en varios fragmentos, los dos mayores de los cuales se encuentran
actualmente en ambos extremos de la nave de crucero.
La catedral posee el privilegio papal
de exposición permanente del Santísimo Sacramento, de ahí el cáliz y la hostia
que aparecen en el escudo de la ciudad con la leyenda Hic hoc misterivm fidei
firmiter prifitemvr (Creemos con fidelidad en este misterio), en referencia al
misterio de la Eucaristía y que se trasladó al propio escudo de Galicia. Este
hecho hace que se denomine a Lugo como la ciudad del Sacramento.
CAMINO DEL NORTE O DE LA COSTA
Al norte de la península Ibérica encontramos el
Camino de la Costa, una ruta costera que, desde Irún, recorre las provincias de
Guipúzcoa, Vizcaya, Cantabria y Asturias para adentrase en Galicia y llegar a
Santiago de Compostela. Junto con el Camino Primitivo, conforman el llamado
Camino del Norte.
El camino transita paralelo a la costa, es un trazado más duro que el tradicional
camino Francés. Son más de 800 km que se suelen realizar en 34 etapas si se va
a pie.
Pese a la
dificultad, es una de las rutas que más en alza se encuentra en los últimos
años.
VERDENORTE.COM. (2005-2013). Recuperado el 7 de FEBRERO de 2013, de
http://www.verdenorte.com/camino-de-santiago-por-el-camino-del-norte
[1]
Federación Española de Amigos del Camino
de Santiago (2011). CAMINO DE SANTIAGO, CAMINO DE LAS ESTRELLAS. Recuperado el
7 de FEBRERO de 2013, de http://www.caminosantiago.org/cpperegrino/caminos/caminover.asp?CaminoId=2
[1] G.Atienza, J. (1993). EN
BUSCA DE GAIA: LAS ENSEÑANZAS DE LOS MAESTROS CONSTRUCTORES DEL CAMINO DE
SANTIAGO. EL SECRETO DE LOS SANTUARIOS Y MONUMENTOS DE LA RUTA SAGRADA.
BARCELONA: ROBINBOOK.
[2]
Atienza, Juan G. (1992). LA RUTA
SAGRADA. BARCELONA: ROBIN BOOKS.
[3] Yzquierdo Perrín, Ramón
(2003). LOS CAMINOS A COMPOSTELA: EL ARTE DE LA PEREGRINACIÓN. MADRID:
EDICIONES ENCUENTRO.
[4]
Antonio Viñayo González (Otero de las Dueñas, Carrocera, 1922 - León, 13 de
diciembre de 2012) fue un eclesiástico y estudioso español. Especializado en la
historia medieval de León y su provincia, fue autor de más de cincuenta libros,
fundamentalmente sobre arte e historia, aunque también sobre teología. Fue abad
de la Colegiata de San Isidoro de León desde 1971 hasta su jubilación en 2003,
cuando fue nombrado abad emérito
[5]
Publicado en Asturias Semanal, en el
número del 19 de julio de 1969. Dicho artículo fue publicado también en el Tomo
I de las obras de Juan Uría Riu, “Los
vaqueiros de alzada y otros estudios. De caza y etnografía”. Biblioteca Popular Asturiana, Oviedo,
1976.
[6]
VIÑAYO GONZÁLEZ, ANTONIO (1991). CAMINOS Y PEREGRINOS: HUELLAS DE LA
PEREGRINACIÓN JACOBEA. LEÓN: ISIDORIANA EDITORIAL.
BILBIOGRAFÍA:
VERDENORTE.COM. (2005-2013).
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EL SECRETO DE LOS SANTUARIOS Y MONUMENTOS DE LA RUTA SAGRADA. BARCELONA:
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