En la tradición, la piedra siempre ocupa un lugar muy destacado. Según esta Tradición, el hombre y la piedra guardan una estrecha relación.
Toledo, será importante en la transmisión de la Tradición de la Piedra, en ella como señala Matila Ghyka, se darán cita los intercambios con el mundo árabe, y se realizará un trabajo de puente entre la tradición griega-bizantina, y las procedentes de Iran, Egipto, un hito único que revolucionará la Edad Media, a través de España.
Ya en la leyenda de Prometeo, algunas piedras aún guardan nuestro olor. Piedra y hombre tienen un doble movimiento de ascensión y descensión. El hombre nace de Dios y vuelve a él, la piedra bruta bajó del cielo y al transmutarse se eleva hacia él, gracias al cantero.
Para el cantero medieval, la piedra es androgina, y representa la perfección del estado primordial. Al tallarla sus principios se separan.
La piedra conica representa lo masculino y el cubo lo femenino. Un cono sobre un zócalo, une lo masculino y lo femenino.
Un menhir es lo masculino y aún lo vemos escondido en el campanario de la iglesia. El altar de piedra de nuestros antepasados está en el altar católico.
La piedra no es algo inerte... para el cantero. Es un betilo, una piedra viva que cayó del cielo que siguió animada con su energía tras la caída. Para entender lo que significa la piedra para el cantero medieval, debemos leer el Zohar, el Talmud y los Midrachim, sólo así llegaremos a comprender el significado de la piedra en el románico.
La piedra como algo inmutable, representa la sabiduría, y se asocia al agua. De esta forma MOisés, hizo brotar agua de la piedra. La piedra románica además contiene simbolos de ideas como la miel y el aceite, tal y como leemos en el Deteuronomio y el Genesis.
El betilo, está relacionado con la visión de Jacob, y en hebreo significa "casa de Dios" ( Beth-el), por su parte Belén ( Beth- lehem) significa casa del pan. Bethel es la Casa de Dios , la casa de las vigilias o vigilantes, los cuales son visitados por el Espiritu Santo. Dicha Casa, es citada en el Cantar de los Cantares, donde los que vigilan son visitados por el Esposo, tal y como explicó Guillermo de Saint Thierry.
Para el Maestro de Obra, la piedra es santa, y según Hildegarda de Bingen, tiene las virtudes de la humedad , la palpabilidad, y la fuerza ignea. La humedad la hace indisoluble, la palpabilidad permite que la toquemos y el fuego igneo le da su dureza.
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